sábado, septiembre 20, 2008

Breve exploración del carácter nacional

No hace falta apoyarse en mucha evidencia (ya provenga ésta de la teoría o de la observación directa de la realidad) para aceptar que la expresión musical dice mucho del carácter de los pueblos. Sin embargo, creo que aun las formas musicales más emblemáticas deben analizarse sólo si uno busca corroborar o refutar una hipótesis que ha basado en otros hechos. La razón es simple: dado que la música tiene tantos elementos retóricos, metafóricos y metalingüísticos, resulta muy engañosa si uno se acerca a ella con ojos ingenuos. Por ejemplo, podría pensarse que la proliferación de metal satánico en los países escandinavos dice algo de su relación actual con el cristianismo, cuando que es más probable que pueda explicarse mundanamente por las largas noches de sus inviernos y la complacencia de su primermundismo a toda prueba. Por ello deben tomarse los ejemplos siguientes como corroboración de algunos rasgos emblemáticos, más que como claves nuevas para etender a cada pueblo examinado:

I. España: aunque la triste madre patria se hundió hace centurias en marasmos de los que sólo desde hace poco ha ido emergiendo a pasos de bebé, su música popular vigesímica confirma algunos rasgos que se hicieron latentes por lo menos desde los siglos de oro (y hay quien diría que desde el siglo XIV, que vio descollar al canciller Ayala, el rabino Sem Tob y el arcipreste de Hita como tres pilares poéticos de una península que nunca volvió a ser tan multicultural):
II. América Latina: la siempre dolorosa relación con España, amén de la tendencia a intensificar los rasgos más lamentables de su herencia (como el afán por las causas perdidas y el horrendo antiintelectualismo), ha hecho que nuestro gran subcontinente aún pelee por su identidad, que para colmo de males identifica en ocasiones con el bolivarismo más risible. De ahí, por ejemplo, que la actitud latinoamericana ante los clásicos sea un poco más titubeante que la española, por algunas razones que nadie juzgaría a priori tan paralizantes:
No obstante, es cierto que el mestizaje, que produjo un muy distinto desarrollo de los ritmos, también llevó a fomentar virtudes como:
III. Italia: basta sólo un chapuzón en su música pop para recordar que la bota es
Es simplemente inimitable, aunque