domingo, noviembre 19, 2006

Taller de traducción 2

Tarde, pero cumplimos con una nueva entrega del taller para solaz y esparcimiento karaóquico de todos nuestros lectores. En esta ocasión, dos rolas muy distintas, pero igualmente memorables.

¡Hepl!

Primero, una clásica. La letra y música originales son de Lennon y McCartney (bueno, básicamente de Lennon, cuando sabía quejarse discretamente antes de volverse tan llorón), y da título a mi disco favorito de los Chicles. La traducción debe mucho a mi colega la Dra. Charm, a quien agradezco su ayuda; la extraña ortografía del título en nuestra versión es un sentido homenaje a Pablo Mármol en su papel de Jonás, para quien lo recuerde.

¡Hepl!
Yo necesito... ¡hepl!
Pero no cualquiera... ¡hepl!
Sabes que necesito... ¡hepl!

Cuando era joven, mucho más joven que ayer
Nunca necesité de nadie, solo estaba bien
Pero eso ya pasó y ahora no estoy tan cabrón
Y ahora ya no pienso igual, dejé abierto el portón

Hepl por favor, me siento mal
Y quisiera que estuvieras por acá
Hepl, no me puedo ni parar
Por favor, hepl para mí

Tanto he cambiado que estoy fuera de la ley
Mi independencia se ha estado haciendo güey
De vez en cuando siento ya tanto temor
Te necesito y ya no sé qué hacer con el dolor

Hepl por favor, me siento mal
Y quisiera que estuvieras por acá
Hepl, no me puedo ni parar
Por favor, hepl para mí
Para mí, para míííííííí, uuuuuuuuuuu

Herr P. Mosh

Otro doctor de este hospital opina que Plastilina Mosh sería mucho mejor si tocara puras instrumentales, porque lo que cantan son puras idioteces y mal cantadas, para acabarla. Estoy parcialmente de acuerdo, pero quisiera decir en su favor que ese efecto es totalmente voluntario, y que “Afroman” constituye para mí uno de los poquísimos momentos de gloria en la triste historia del rock mexicano (junto con “No estoy muerto” del Haragán, “Vamos a la alberca” de Botellita y tres o cuatro rolas más). Y nuestra traducción tiene una historia. En la época inmediatamente posterior a la salida de Aquamosh tenía yo un profesor de alemán realmente lamentable: coqueteaba con las alumnas al tiempo que babeaba tantito por la comisura de los labios, creía en el valor pedagógico de hacerse el chistoso y no podía entender por qué todos sus alumnos pensábamos (bueno, sabíamos) que Bach es mucho mejor que Beethoven. Un cretino, pues. Pero una cosa buena salió de su curso: nos tomó dos clases hacer esta versión de “Mr. P. Mosh” mientras él seguía recordándonos las preposiciones de dativo y tratándose al mismo tiempo de ligar a la de la primera fila. Aunque abusa de ciertos recursos, la retoqué sólo mínimamente. Va de homenaje:

Geh doch, Patschuko König, mein hübsches Mädchen
Mein Auto spuckt Feuer und mein Herz nur Süssigkeiten
Ich bin der Mann des Abends, bin die Schatten des Lebens
Mein Blut ist die Nährung dursch die du geschlafen bleibst
Aber fratze nicht vor mir, ich suche nur die neue Ausgang
Das Tanzen und das Singen sind die Strafen deines Lebens
Ich bin der Henker deiner Träume
Bin nich schlecht, bin doch giftig
Gucke mir nicht in die Augen
Oder finde nur wie du hier wiederspiegelst
Ich bin deine Hölle!

In der Sprach’ der Liebe war ich das verkörperte Verb
Ich war Meister dieser Tanzen aber alles hörte auf durch

Herrn pe, em, o, es, ha

(Eins-zwei-drei-vier)

Ich bin die Licht des Augenblicks
Atmenlos, ein Eisenmann
Suche mich nicht, dich ich finde
Berühre mich nicht, sonst ich brenne dich
Ich will nicht mehr wie so sein, ich will bei dir immer bleiben
Aber das ist doch mein Schiksal, bin der König dieses Wegs
Seht mich nur als ich spaziere, ähmt mich an und sicher sterbet
Sucht mich nimmer oder bald wird euer Schädel zu euch kommen

Ihn können lernen wollen wir, er ist mein Lieb’, mein ganzes Sein
Wenn wir in den Partys kommen steht er immer weit zu sehen

Herr pe, em, o, es, ha

(Jetzt kommt alle, tanzt mit mir!)